La práctica del yoga se remonta a miles de años atrás. En la India, la práctica se basaba en una filosofía integral donde el hombre busca la armonía consigo mismo y con el mundo y, como tal, era y sigue siendo una práctica que incorpora la respiración, la meditación y el ejercicio.
En la gran mayoría de países occidentales el yoga, a pesar de sus orígenes más profundos, se considera generalmente una forma de ejercicio y se asocia principalmente con la práctica de asanas. La palabra «asana» se utiliza para indicar la práctica física de las posturas de yoga o también puede utilizarse para describir una sola postura de yoga. Lo que la mayoría de la gente llama «yoga» podría llamarse más específicamente «asana»
El yoga tiene ocho miembros. Además de la asana, el yoga abarca también el pranayama (ejercicios de respiración), el dhyana (meditación), los yamas (códigos de conducta social), los niyamas (auto observancias), el pratyahara (retraimiento de los sentidos), el dharana (concentración) y el samadhi (dicha).
Hay muchas razones para incorporar estas ocho extremidades a tu práctica para mejorar el bienestar y la longevidad.
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7 razones para practicar yoga
Independientemente de tu nivel de habilidad o del tipo de yoga que practiques, el yoga puede hacer maravillas por tu salud y bienestar, tanto hoy como mañana. Una práctica regular de yoga también puede ralentizar los efectos físicos asociados a un estilo de vida sedentario y al proceso de envejecimiento.
Y lo que es mejor, el yoga se adapta a todos los niveles de habilidad y a todas las edades, lo que significa que tu cuerpo, tu mente y tu alma pueden beneficiarse del yoga hasta bien entrada la vejez. Aquí tienes siete grandes razones para empezar y mantener tu práctica de yoga para la salud y la longevidad.
Flexibilidad
Una práctica típica de yoga occidental suele consistir en una serie de posturas que se mantienen durante distintos periodos de tiempo. Muchas de estas posturas te ayudarán a desarrollar la fuerza y la flexibilidad que quizás aún no tengas. Aunque el yoga puede llevarte hasta tu límite físico, también puede ampliarlo.
Después de un par de sesiones, notarás que las posturas se vuelven más accesibles a medida que adquieres fuerza y flexibilidad, lo que permite profundizar en la postura.
La práctica física del yoga también puede aliviar los dolores de la vejez. Mantener la flexibilidad y la amplitud de movimiento hasta la vejez también puede mantener tu cuerpo sano y aumentar tu calidad de vida.
Fuerza y tono muscular
Aunque el yoga aumenta tu flexibilidad, también aumenta simultáneamente tu fuerza muscular. El yoga nos hace más fuertes mediante el mantenimiento sostenido de las posturas, las transiciones controladas y, por supuesto, las propias posturas.
Y lo que es más importante, el yoga activa músculos que tal vez no utilices o no fortalezcas a diario, lo que aumenta el tono y la fuerza en general e incluso da un impulso vital a la densidad ósea.
Equilibrio
Con tantas personas de edad avanzada que sufren fracturas y otros problemas de salud graves después de una caída, no cabe duda de que todos deberíamos trabajar para mantener no sólo nuestra fuerza y flexibilidad en la vejez, sino también nuestro equilibrio.
El yoga incorpora todo tipo de asanas, incluidas varias posturas básicas de equilibrio, proporcionando la práctica segura de equilibrio que todos necesitamos. Con un mejor equilibrio aumenta la comunicación entre los dos hemisferios del cerebro y una forma mucho más segura y confiada de entrar en la vejez.
Pérdida de peso
La mayoría de los expertos están de acuerdo en que la forma de conseguir y mantener un peso saludable debe incluir cambios tanto en la dieta como en el estilo de vida, incluyendo un aumento de la actividad física y el ejercicio. El yoga está abierto a personas de constituciones y peso diverso, la práctica puede ayudar a perder peso y a obtener un peso saludable de varias maneras:
- El yoga ayuda a las personas a ser más conscientes de su cuerpo y de la necesidad de cuidarse, lo que incluye hacer ejercicio y comer de forma saludable.
- El yoga puede ayudar a las personas a tener una sensación de control sobre su cuerpo y sus elecciones alimentarias, así como a reducir la ansiedad que a menudo conduce a comer en exceso.
- Se dice que muchas de las asanas (posturas) estimulan órganos e incluso glándulas, como la glándula tiroides, lo que puede ayudar a aumentar el metabolismo y promover el equilibrio del cuerpo.
Digestión
El yoga hace mucho hincapié en las técnicas de respiración, que proporcionan una guía durante la práctica física y una mayor oxigenación del cuerpo. Algunas de las posturas, especialmente las asanas de torsión, también estimulan el tracto digestivo, mejorando la digestión.
Reducción del estrés y relajación
El yoga nos enseña a estar en el momento presente y a centrarnos en nosotros mismos y en nuestra respiración. El yoga tiene la capacidad de dar a los practicantes una mayor conciencia de las situaciones de la vida y la fuerza y la paz mental necesarias para dejar ir las cosas que no puedes controlar.
Algunos incluso se refieren a sus sesiones de yoga como «terapia» Se sabe que los beneficios de la reducción del estrés y de la relajación asociados a la práctica regular del yoga reducen la presión arterial alta y mejoran la calidad del sueño, lo que se traduce en un aumento de tu calidad de vida .
Autoconciencia
El yoga es una herramienta poderosa que puede aportar armonía y una conciencia más profunda de tu mente, cuerpo y emociones. Algunas investigaciones han sugerido que el yoga puede minimizar el estrés, aumentar la productividad, fomentar el buen humor, aumentar la atención plena y promover una dosis saludable de autocompasión.
Precauciones de sentido común
Aunque el yoga tiene el potencial de proporcionar beneficios para la salud en casi todas las personas, siempre debes consultar a tu médico antes de empezar una nueva rutina de ejercicios. Las personas con las siguientes afecciones deben consultar a su médico antes de empezar a practicar yoga:
- Presión arterial alta difícil de controlar
- Riesgo de coágulos sanguíneos
- Afecciones oculares, incluido el glaucoma
- Osteoporosis
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