Al principio del óctuple camino del yoga de Patanjali están los Yamas: las directrices morales, éticas y sociales para el practicante yogui. Todas estas directrices se expresan en términos positivos y se convierten así en una descripción enfática de cómo se comporta un yogui y se relaciona con su mundo cuando está verdaderamente inmerso en el estado unificador del yoga. Incluso si no aspiramos a alcanzar un estado tan puro, los Yamas siguen siendo guías muy valiosas para vivir una vida consciente, honesta y ética.
Patanjali consideraba los Yamas como las grandes, poderosas y universales promesas. Nos dice que deben practicarse a todos los niveles (acciones, palabras y pensamientos) y que no se limitan a la clase, el lugar, el tiempo o el concepto del deber (YS 2.31).
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Los cinco yamas del yoga
- Ahimsa es la práctica de la no violencia, que incluye la violencia física, mental y emocional contra los demás y contra uno mismo. La violencia suele surgir en nuestras reacciones a los acontecimientos y a los demás, que suelen generar condena, crítica, ira o irritación. He descubierto que la práctica budista de la compasión es una herramienta excelente para promover la no violencia en mi vida. La compasión es la capacidad de aceptar los acontecimientos tal como son, con un corazón abierto y amoroso. Es dejar de reaccionar ante una situación de forma condicionada y negativa y sustituir esos pensamientos o sentimientos por amabilidad, aceptación y amor. Al principio, practicar la compasión es difícil, frustrante y nada divertido. Pero la clave es tener compasión de ti mismo por no tener compasión, y sonreír ante esta contradicción.
- Satya (verdad) nos anima a vivir y decir nuestra verdad en todo momento. Es difícil recorrer el camino de la verdad, especialmente respetar el primer Yama de Patanjali, Ahimsa. Puesto que la Ahimsa debe practicarse primero, debemos tener cuidado de no decir una verdad si sabemos que va a perjudicar a otro. Vivir en tu verdad no sólo crea respeto, honor e integridad, sino que también da la visión para ver con claridad las verdades superiores en el camino del yoga.
- Asteya (no robar) se define mejor como no tomar algo que no se da libremente. Aunque al principio pueda parecer fácil de conseguir, este Yama puede ser bastante difícil de practicar cuando lo analizamos más detenidamente. A nivel personal, la práctica de Asteya implica no cometer físicamente un robo y/o no provocar o permitir que otra persona cometa un robo, ya sea de mente, de palabra o de obra. A nivel social, Asteya se opondría a la explotación, la injusticia social y la opresión. Aunque no es fácil, la práctica de Asteya fomenta la generosidad y supera la Lobha (codicia). Y como nos dice Patanjali, «cuando Asteya esté firmemente establecido en un yogui, todas las joyas estarán presentes para él». (YS 2.37).
- Brahmacharya (continencia) afirma que cuando tenemos control sobre nuestros impulsos físicos excesivos, obtenemos conocimiento, fuerza y mayor energía. Para romper los lazos que nos atan a nuestros excesos y adicciones, necesitamos tanto valor como voluntad. Y cada vez que superamos estos impulsos de exceso, nos hacemos más fuertes, más sanos y más sabios. Uno de los principales objetivos del yoga es crear y mantener el equilibrio. Y la forma más sencilla de lograr el equilibrio es practicar Brahmacharya, crear moderación en todas nuestras actividades. Practicar la moderación es una forma de conservar nuestra energía, que podemos utilizar para fines espirituales más elevados.
- El Aparigraha (el desapego) nos anima a desprendernos de todo lo que no necesitamos y a poseer sólo lo necesario. Los yoguis nos dicen que los objetos mundanos no se pueden poseer en absoluto, ya que todos están sujetos a cambios y acabarán destruyéndose. Cuando nos volvemos codiciosos, perdemos la capacidad de ver nuestra única posesión eterna, el Atman, nuestro verdadero Ser. Y cuando nos aferramos a lo que tenemos, perdemos la capacidad de estar abiertos a recibir lo que necesitamos.
Consejos para practicar los Yamas
Simplemente contemplando los Yamas, ya estaríamos practicándolos. Pero la práctica diaria de alinear nuestros pensamientos, comportamientos y acciones con estas directrices morales, éticas y sociales puede ser difícil y desafiante. Lo ideal es adoptar un enfoque lento de la práctica de los Yamas a lo largo de muchos años y combinarlo con una práctica dedicada de Hatha yoga. Se recomienda practicar la aplicación de los Yamas mediante un método estructurado, como los siete pasos siguientes:
- Empieza con un solo Yama. Empieza por leer, comprender y reflexionar sobre cada uno de los cinco Yamas. Mientras consideras cómo funcionaría cada Yama en tu vida actual, fíjate en tus pensamientos y en tus reacciones emocionales cuando hagas cambios para apoyar cada Yama. Es probable que encuentres uno o dos Yamas que tengan una fuerte carga para ti. Dependiendo de tu fuerza interior y del apoyo que tengas de la sociedad, puedes decidir empezar por la más cargada o dejarla para más adelante. Elige clara y conscientemente dedicarte a practicar este Yama durante un periodo de tiempo determinado. Un buen punto de partida es comprometerse con 40 días de práctica.
- Empieza a practicar tus Yamas en tu esterilla. Empieza a practicar la conciencia y el esfuerzo hábil de tu Yama elegido en tu esterilla de yoga. Utiliza tu Yama como intención o Sankalpa para tu práctica y deja que sea la fuerza que te guíe en tu compromiso con la respiración y el cuerpo mientras fluyes de una postura a otra. No juzgues cuando falles en tus intentos, simplemente permítete intentarlo de nuevo. Sé paciente, amable y compasivo, pero también comprometido, dispuesto y centrado.
- Reflexiona y controla tu progreso. Lleva un diario o encuentra otra forma de registrar tu compromiso y tu progreso. Es muy posible que encuentres revelaciones o descubras poderosas ideas que te serán útiles para documentar. La reflexión y la contemplación sobre tus experiencias con la práctica de los Yamas también te ayudarán a integrarlos más en tu práctica de yoga y en tu vida.
- Profundiza en tu observación y exploración. Si sigues centrándote en un Yama a medida que avanzas en tu práctica de yoga o meditación, empezarás a notar patrones y hábitos en tus pensamientos y sentimientos. Tómate un tiempo para pensar en tirar de los hilos de estos patrones para ver si puedes detectar dónde se originan. Lo más probable es que estos patrones provengan de un samskara, una rueda de sufrimiento muy arraigada. Los yamas son una poderosa herramienta para iluminar estas zonas oscuras y turbias del ser con la luz de la conciencia y para ayudar a reprogramar nuestros samskaras.
- Saca tu Yama de tu esterilla. Una vez que te sientas cómodo y competente utilizando el Yama que hayas elegido en tu práctica de yoga o meditación, puedes empezar a practicarlo en tu vida diaria. Cuando abandonas el entorno controlado y definido de tu práctica, puedes sentir que retrocedes en tu progreso. Observa cualquier aspecto de tu vida (trabajo, familia, relaciones, salud, dinero, etc.) que parezca ser la criptonita de tu Yama. Si esta área es demasiado desafiante o abrumadora, permítete aplicar tu Yama una vez que hayas tenido éxito con los demás aspectos de tu vida.
- Comprométete con el siguiente Yama. Cuando sientas que el reto y la carga de practicar tu Yama han disminuido, puede ser el momento de comprometerte con otro. A medida que tu conciencia interior se fortalezca, podrás practicar más de un Yama a la vez, pero sigue siendo aconsejable no precipitarse en la práctica de los Yamas. Antes de empezar una nueva tarea, reflexiona sobre tu experiencia anterior y decide si quieres cambiar o mejorar tu enfoque.
- Sigue trabajando sobre las diversas capas de cada Yama. Los Yamas se consideran un voto que haces para toda tu práctica de yoga. Con el tiempo te resultará más fácil practicarlos, pero es probable que descubras que cada yama tiene varias capas de práctica y descubrimiento. Puedes elegir la profundidad y la exhaustividad de la práctica de cada uno de ellos; sólo las personas plenamente comprometidas deben hacer el voto de practicar los Yamas de forma plena y completa. Al seguir trabajando sobre las diversas capas de cada Yama, profundizarás en tu transformación interior, fortalecerás tu conciencia y purificarás tu corazón y tu mente.
- Pasa a la siguiente rama. Los Niyamas son la siguiente rama en los Yoga Sutras de Patanjali, y por tanto el siguiente paso obvio en la evolución de este camino. Los niyamas son cinco prácticas u observaciones internas. Estas prácticas desplazan el foco de atención de los códigos éticos de conducta externos de los Yamas al entorno interno del cuerpo, la mente y el espíritu del yogui.
Objetivos de los Yamas
En un sentido práctico, la práctica de los Yamas elimina o reduce la acumulación de mal karma y evita que nuestra energía se agote cuando llevamos una vida falsa y/o inconsciente. Cuando practicamos los Yamas, nos esforzamos por vivir una vida más sana, más santa y más pacífica, al tiempo que fortalecemos nuestra conciencia, voluntad y juicio. Cuanto más cultivemos la acción consciente y hábil, más fácil será eludir las emociones fuertes y los patrones de pensamiento negativos, y menos probable será que actuemos por programación inconsciente.
No es fácil emprender estas prácticas, pero al hacerlo fortalecemos nuestro carácter, mejoramos nuestras relaciones con los demás y progresamos en el camino del yoga.