Cuando estoy a punto de «actuar» o pasar por una situación aparentemente significativa e importante en la que tengo que hablar, hacer una presentación o enseñar, me ocurre esto. Pierdo la respiración y con ella desaparece mi concentración y mi fuerza interior.
Sé en mi corazón que todo saldrá bien y que por fin disfrutaré de esta experiencia que llevo tanto tiempo esperando. Después de todo, ya lo he hecho antes. Pero cómo he deseado tantas veces en el pasado no tener que pasar por un momento tan estresante.
Cuando ocurre, es como no estar presente en el cuerpo. En cambio, el estrés de rendimiento suele estar causado por el bombardeo de pensamientos del subconsciente, las creencias limitantes que hacen que el flujo de energía quede atrapado en el cuerpo; por ejemplo: no puedo hacerlo, no soy lo suficientemente bueno… No soy digno; ¿por qué debería hacerlo? No soy digno; ¿por qué deberían escucharme? A nadie le gustará…. (rellena el espacio en blanco).
¿Quién no se sentiría realmente nervioso justo antes de tener que actuar en una de estas creencias limitantes? En muy poco tiempo, la experiencia interior es lo contrario del amor, concretamente lo contrario del amor propio y lo contrario de la bondad y la autocompasión.
Unos años más tarde. Resultó que mi profesor tenía razón todo el tiempo. Está en nuestro ADN: la respiración nos ayuda a calmarnos. ¿Cuántas veces nos han dicho que vayamos más despacio y respiremos profundamente? La respiración en sí misma es una práctica de amor, bondad y compasión. Es una práctica de estar presente.
El trabajo de la respiración ha cambiado mi vida de más formas de las que podría haber imaginado. No sólo ha hecho que mis experiencias al hablar en público sean mucho mejores y más agradables, sino que también ha tenido efectos positivos en muchas otras áreas de mi vida.
- Me he convertido en un mejor oyente.
- Soy más amable y más cariñoso conmigo mismo.
- Estoy más presente.
- Me he vuelto más fuerte y más seguro de mí mismo.
- Me siento más tranquilo.
Al igual que el yoga, la respiración es una práctica antigua. La ciencia está empezando a aportar pruebas de que los beneficios de esta antigua práctica son reales. Por ejemplo, los estudios han demostrado que los ejercicios de respiración pueden ayudar a reducir los síntomas asociados a la ansiedad, el insomnio, el estrés postraumático, la depresión y los trastornos de la atención. Además, los beneficios incluyen la gestión del estado de ánimo, el rendimiento físico, la claridad, la concentración y el sueño, el alivio del dolor y el bienestar general.
He aquí tres técnicas que te ayudarán a aumentar significativamente tu calidad de vida:
Índice del contenido
Respiración diafragmática
Se trata de un ejercicio básico de respiración que es accesible a todo el mundo y que puede proporcionar beneficios inmediatos. Y se puede hacer en cualquier lugar. Siéntate, ponte de pie o túmbate de espaldas. Coloca las manos sobre el estómago. Inspira lentamente por la nariz, siente que tu estómago se levanta contra tus manos y deja que tus costillas se expandan. Luego exhala lentamente por la nariz, sintiendo cómo se relaja el estómago y las costillas.
Continúa con esta respiración todo el tiempo que quieras. Empieza con cinco o diez minutos.
Respiración nasal alterna (Nadi Shodhana)
Nadi Sodhana o respiración alterna de las fosas nasales tiene como objetivo equilibrar los canales de energía Ida Nadi y Pingala Nadi. Estos canales de energía, que suben por la columna vertebral hasta las fosas nasales, se corresponden con la idea de las energías masculina y femenina o de las corrientes positivas y negativas en el cuerpo. En las primeras fases de tu práctica, utiliza una respiración Ujjayi ligera al inhalar y exhalar. Con el tiempo, ajusta sutilmente la presión sobre las fosas nasales para regular el flujo de la respiración. Comienza inhalando por la fosa nasal izquierda, y luego bloqueando esa fosa exhala por la derecha. Inhala por la derecha, exhala por la izquierda. Esto es una ronda. Continúa alternando las fosas nasales durante algunos minutos, y termina con una exhalación por el lado derecho. Este pranayama puede tener un efecto muy refrescante en la mente y es revitalizante para el cuerpo. Este ejercicio puede calmar el sistema nervioso y mejorar la variabilidad de los latidos del corazón, es decir, la variación del tiempo entre los latidos.
Respiración craneal (Kapalbhati)
Ayuda a despejar los senos nasales y mejora la concentración.
Siéntate en una posición cómoda con la columna vertebral recta. Coloca las manos sobre las rodillas con las palmas hacia el cielo. Puedes elegir sentarte con las piernas cruzadas en el suelo, en una silla con los pies apoyados en el suelo o en la postura del héroe (virasana, que consiste en sentarse sobre los talones con las rodillas dobladas y las espinillas metidas debajo de los muslos).
Respira profundamente. Al exhalar, contrae el abdomen y expulsa la respiración en una breve ráfaga. Puedes mantener una mano en el estómago para sentir cómo se contraen los músculos abdominales.
Al soltar rápidamente el vientre, la respiración debería fluir automáticamente hacia los pulmones.
- 4 consejos para que tu práctica de Kapal Bhati sea eficaz
- La exhalación en Kapal Bhati es activa y contundente. Por tanto, deja salir tu respiración.
- No te preocupes por la inhalación. En el momento en que relajes los músculos abdominales, la inhalación se producirá de forma natural.
- Mantén tu conciencia en la exhalación.
- Practica esta técnica en casa con el estómago vacío.
Haz 20 de estas respiraciones para completar una ronda de respiración kapalbhati.
Cuando hayas completado una ronda, relájate con los ojos cerrados y observa las sensaciones de tu cuerpo.