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¿Qué es el Chi?
El chi es tu fuerza vital, la energía que te atraviesa a ti y a todo. Es lo que te da la vida. El concepto de chi (también escrito Qi) tiene sus raíces en la medicina tradicional china (MTC) y en las artes marciales. Pero la idea de la fuerza vital y su papel en nuestra salud se encuentra en muchas culturas. En el yoga y el ayurveda, por ejemplo, esta fuerza vital se describe como prana.
La energía chi se mueve por el cuerpo como la respiración y la sangre y se nutre de una dieta sana, un sueño adecuado y ejercicio, pero sus propiedades van más allá del nivel físico o tangible. El chi puede describirse como la energía más pura, que emana de la conciencia, de la consciencia, de la quietud, a través de ti hacia tu cuerpo y hacia todas las expresiones de la vida.
En resumen, el chi puede describirse como la esencia de tu verdadero ser.
El Chi es el puente entre la forma física y la conciencia pura
La energía chi es como un puente entre tu forma, que es tu cuerpo, tus pensamientos, emociones y sensaciones, y lo informe, que es tu esencia, tu conciencia y tu conocimiento. Y seguir el chi desde la forma hasta lo informe es, en cierto sentido, el viaje del camino espiritual.
Como parte de tu práctica espiritual, aprendes a dejar de identificarte con la forma y empiezas a sentir y a identificarte más con el cuerpo interior, con el chi, la energía vital pura. Con el tiempo, esto te llevará de vuelta a tu esencia, que es la conciencia pura, la que no tiene forma.
El trabajo con el chi como práctica curativa
Diversas prácticas como el Qigong, el Tai Chi, el yoga, el pranayama (ejercicios de respiración), la acupuntura y el trabajo de los puntos marma promueven el libre flujo del chi o prana. Trabajan para fortalecer el chi y eliminar cualquier bloqueo.
El tratamiento sólo puede tener lugar en reposo y cuando el chi fluye libremente y está en calma. Cuando hacemos ejercicios de movimiento, como el yoga y el qigong, que promueven la circulación de la energía vital o «chi» por el cuerpo, este flujo libre de energía puede aprender a asentarse o concentrarse en el abdomen, en el dantian ( centro energético) inferior, que es la sede y el depósito de tu chi. Esto, a su vez, activa el sistema nervioso parasimpático, en el que tiene lugar toda reparación, curación y crecimiento. Esto es importante para la salud del cuerpo físico y mental.
Cuando bajes el chi de la cabeza al dantian inferior, te sentirás mucho más tranquilo, menos ansioso y agobiado.
Expresión y manifestación del chi
Esta energía corporal interna es la conciencia pura que fluye en ti y sale al mundo, es la única vida que nos conecta a todos. Es el fundamento de todos los seres. Cuando empiezas a sentir tu cuerpo interior, esta sensación de vivacidad interior, sientes el chi. Tu energía comienza a fluir más libremente en tu cuerpo.
El Chi también se manifiesta en lo que enviamos al mundo. Por ejemplo, en nuestras interacciones con los demás, cuando estamos presentes con la pareja y los hijos. O expresarnos a través del arte, la música, la poesía o la enseñanza.
Por ejemplo, cuando estás en un estado de creatividad, puedes sentir esa energía vital que quiere crear.
3 formas de conectar con el chi de tu cuerpo
Aquí tienes tres ejemplos rápidos de cómo puedes aprender a sentir el chi en tu cuerpo.
1. Muévete o baila
Mueve los brazos, las manos, la parte superior del cuerpo, las piernas, los pies, las nalgas y la cintura. De este modo, la vieja energía sale del cuerpo y puedes empezar a sentir el cuerpo interior, la vitalidad interior.
2. Sentir tus manos
Siéntate como si estuvieras meditando, con los ojos cerrados levanta las manos, déjalas flotar ligeramente delante de ti con las palmas hacia arriba. Ahora céntrate en tus manos y pregúntate cómo sabes que tienes manos. Siéntelas. Luego deja de lado el concepto de «manos» y limítate a sentir las sensaciones, de esta manera puedes seguir recorriendo diferentes partes de tu cuerpo.
3. Observa los efectos del pranayama
Las técnicas de pranayama son ejercicios de respiración que despejan los obstáculos físicos y emocionales del cuerpo para liberar la respiración y, por tanto, el flujo de prana o chi. Practica unas cuantas rondas de pranayama, como Kapalabhati o Bhastrika, y tómate un tiempo extra después de la práctica para sentir las sensaciones de tu cuerpo.